Artículo titulado “El antiguo ferrocarril y sus remanentes” por el Dr. Luis Pumarada O’Neill, publicado en la edición de enero-junio 1991 de Patrimonio, el boletín de la Oficina Estatal de Preservación Histórica (hoy Oficina Estatal de Conservación Histórica).
Reproducimos a continuación el texto y las fotos de este interesante artículo para facilitar su lectura:
EL ANTIGUO FERROCARRIL Y SUS REMANENTES
Texto y fotos por: Dr. Luis Pumarada O’Neill, arqueólogo industrial y Director del Departamento de Ingeniería General en el Recinto de Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico
Ocasionalmente los periódicos traen nostálgicos artículos sobre el desaparecido ferrocarril puertorriqueño. De vez en cuando se cuela en ellos información histórica errónea, y en términos generales da la impresión de que el único remanente físico que subsiste de un sistema que estuvo transportando carga y pasajeros hasta 1953 es el Túnel de Guajataca. El presente artículo pretende aclarar los orígenes del sistema y divulgar la existencia de más remanentes.
Las primeras vías férreas usadas en Puerto Rico pertenecieron a tranvías urbanos y a hacendados azucareros. Tanto el Tranvía de Mayagüez del 1875 como los hacendados que para la misma época adquirieron vías portátiles utilizaron caballos o bueyes para halar los vehículos sobre los rieles.
Desde la década del 1850 se venían haciendo estudios y recomendaciones respecto a la viabilidad y deseabilidad de que hubiera un ferrocarril en la isla. Cuba, gracias a sus extensos llanos, había combinado el ferrocarril con su gran desarrollo azucarero desde 1837.
En 1880 se inauguró una ruta de ferrocarril, propiedad de Pablo Ubarri, Conde de Santurce, que unió a San Juan y Río Piedras a lo largo de la Carretera Central. Este ferrocarril, que luego se extendió hasta Caguas a lo largo del valle del Río Loíza, pasó a manos de la Porto Rico Railroad Light and Power para el 1900. Poco después, esa compañía lo electrificó hasta Río Piedras, viniendo a conocerse ese sistema como el “trolley”.
En 1883 comenzó a operar entre Bayamón y San Juan la Línea Férrea del Oeste. Un transbordador con un itinerario acoplado al del tren transportaba vagones y pasajeros de lado a lado de la bahía. Locomotoras livianas ubicadas en San Juan movían los vagones de carga por vías diseminadas por la zona portuaria capitalina. Gracias a que no hubo carretera que bordeara la bahía hasta la segunda década del presente siglo, el sistema establecido por Ramón Valdés tuvo gran éxito a pesar de su complejidad.
El Ferrocarril de Circunvalación se comenzó a construir el 15 de octubre del 1888 con la participación de los ingenieros puertorriqueños Tulio Larrinaga y Antonio Ruiz Quiñones. Para 1898, la firma de capital francés dueña de la franquicia, la Compañía de Ferrocarriles de Puerto Rico, había inaugurado 270 kilómetros inconexos que abarcaban desde Carolina hasta Camuy por San Juan y Río Piedras, desde Aguadilla hasta Hormigueros, y desde Ponce hasta Yauco. Transitaban por este sistema 18 locomotoras de vapor, 26 coches para pasajeros, tres de correo y 330 vagones de carga.
La American Railroad Co. (ARR), creada por inversionistas estadounidenses, adquirió la empresa en 1902. Con una necesaria inyección de capital se completaron los difíciles tramos de El Fulminante (Lajas-San Germán) y Guajataca con sus dos túneles. Excepto por la pérdida del espectacular puente de Guajataca, estos tramos aún se conservan bastante intactos en forma de caminos. Para 1908 se podía ya transitar de Ponce a San Juan por medio de la ARR. El puente sobre el Río Grande de Loíza (derribado por deterioro en 1990) lo construyó la Central Fajardo en esa misma época para su ferrocarril azucarero. Por sus vías y las de Ferrocarriles del Este (de la Central El Ejemplo) la ARR daba servicio hasta Humacao. De Ponce basta Patillas se podía llegar por otras vías azucareras. La ARR estableció también ramales que iban desde San Germán hasta Sabana Grande y uno hasta Cabo Rojo otro.
El contexto histórico e inventario del ferrocarril en Puerto Rico, 1850-1953, se preparó en 1988 para la Oficina Estatal de Preservación Histórica por el Centro de Investigaciones de Ingeniería del Recinto de Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico, equiparando una subvención federal del Servicio Nacional de Parques del Departamento del Interior de Estados Unidos. El autor del presente artículo fue el investigador principal de ese proyecto, para el cual contó con la colaboración de estudiantes del R.U.M. y del historiador Rafael Cabrera.El informe rendido a la Oficina Estatal de Preservación Histórica consiste de las siguientes partes: un trasfondo histórico del ferrocarril de Puerto Rico; una guía arqueológica con mapas de las rutas conocidas de los diversos tipos de remanentes que normalmente se encuentran; consideraciones y recomendaciones en cuanto a la preservación de tipos de remanentes; un inventario de la línea principal del Ferrocarril de Circunvalación, de San Juan a Ponce, con mapas de la ubicación de cada tramo y una ficha de cada remanente localizado; fotos antiguas del ferrocarril; y mapas y fotos actuales de remanentes para la eventual nominación al registro federal de lugares históricos de los tramos aún reconocibles del Ferrocarril de Circunvalación.
CONTEXTO HISTORICO: INVENTARIO DEL FERROCARRIL EN PUERTO RICO, 1850-1953
Un “contexto histórico” tiene el propósito de servir como base para la preparación de un plan de preservación sobre algún tema histórico-cultural a base de los tipos de remanentes que se identifiquen dentro del tema. El contexto histórico del ferrocarril identifica decenas de tipos, entre los que podemos mencionar los siguientes:
estructuras arquitectónicas
incluyendo estaciones de pasajeros y almacenes.estructuras misceláneas
tales como muelles ferroviarios, cambijas (tanques de agua elevados) y puentes y viaductos de varios tipos.máquinas fijas
tales como grúas de caña, agujas cambia-vías y mesas giratorias.equipo rodante
incluyendo locomotoras, vagones de varios tipos y teresinas.obras de vía
tales como cortes y trincheras, terraplenes, alcantarillas de varios tipos y materiales, túneles (de los cuales hay tres), muros de protección (entre los cuales sobresalen los que todavía protegen del oleaje a obras de vía, en Ponce y Rincón)señales
tales como letreros de precaución, indicadores de kilómetros y señales de pito (que mostraban con puntos y rayas los pitos cortos y largos que se debían dar para advertir a personas y guardavías).El inventario pudo localizar por lo menos un remanente del Ferrocarril de Circunvalación dentro de la mayoría de los tipos indicados. Para lograrlo se recorrió la antigua ruta ferroviaria de Ponce a San Juan donde ésta no hubiera quedado sepultada bajo carreteras o urbanizaciones, y se fue fotografiando y documentando los remanentes hallados. Los remanentes cuyas fotos se acompañan permanecían en pie al momento de ser documentados hace dos o tres años.
El recién cerrado ferrocarril de la Central Aguirre, denominado Ponce & Guayama Railroad, incluye objetos de casi todos los tipos, pues se trata de un sistema completo en condiciones operacionales. Incluye estaciones de pasajeros en varios pueblos del sur, las cuales se usaron hasta 1952 cuando trenes de la American Railroad usaban sus vías para dar servicio de carga y pasajeros entre Ponce y Arroyo. El Gobierno de Puerto Rico está manteniendo este sistema y sus derechos de paso intactos mientras se le busca alternativas para volverlo a poner en funcionamiento.
Fuente: Patrimonio, Boletín oficial de la Oficina Estatal de Preservación Histórica, Oficina del Gobernador, Vol. 1 núm. 9, San Juan, Puerto Rico, enero-junio 1991, páginas 2-3.
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