“Hay algo mágico en los faros, destellan encantos y romances desde la tierra y el mar. Se concibieron para pensar en los demás, envían mensajes luminosos y sencillos de solidaridad y seguridad a los navegantes. Hoy, como siempre lo ha sido, pensar en los demás es un atributo indispensable para el futuro de la humanidad. El faro de Culebrita tiene esa virtud”.

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